lunes, 9 de junio de 2014

¡Peligro!, han «hackeado» mi casa.


El término «smart» -inteligente, en español- se impone en los nuevos productos tecnológicos destinados al consumo masivo. Los grandes fabricantes prometen que con ellos nuestra vida será más cómoda y fácil. Pero en esta nueva era de lo que hemos llamado «internet de las cosas», en la que los objetos cotidianos se enchufan no solo a la red eléctrica sino a internet, los expertos en seguridad advierten de los peligros y riesgos que supone vivir en un mundo hiperconectado.
El teléfono móvil inteligente, el llamado «smartphone», por su denominación anglosajona, se ha convertido en el elemento indispensable de esta transformación social. No solo a nivel más cercano y trivial, donde millones de personas no se despegan de este aparato ni para ir al baño; también será importante para el hogar del futuro («smart home»), en donde la llave de acceso dejará de tener dientes de metal para contar con bordes perfilados, pantallas y baterías. Sí, el teléfono será el centro de todo; mediante su uso se podrá abrir la puerta del garaje, regular la iluminación, activar el aire acondicionado, encender la televisión o avisar al robot de cocina para que comience a calentar la comida. Sí, buenos logros y retos en los que las grandes firmas tecnológicas han empezado solo a bucear superficialmente.
La última en hacerse un hueco en este sector cada vez más competitivo es Apple, que recientemente ha mostrado su apuesta por la domótica -hace años nos aseguraban que era el futuro, pero aún no ha despegado- al presentar HomeKit, una plataforma desde donde se podrá controlar todo tipo de objetos de la «casa inteligente». Claro está, la firma, que siempre suele cubrirse las espaldas en estos casos, solo permitirá sincronizar y controlar las marcas con las que hayan llegado a un acuerdo. Si el usuario pretende utilizar, por ejemplo, una bombilla inteligente, tendrá que ser de la compañía a la que Apple haya aceptado.
Control por voz
¿Se imaginan pronunciar la frase «irse a dormir» y que, automáticamente, las luces se apaguen como por arte de magia? Eso se podrá conseguir gracias al asistente virtual Siri, para algunos un gran desconocido, pero que mediante comandos de voz permite controlar ciertas funciones de los dispositivos. En ese auge por los servicios de domótica, Google, el gigante tecnológico que nació como buscador de internet, pero ahora es el auténtico «Gran Hermano», ha querido afrontar con decisión este cambio de tendencia. Lo ha intentado desde hace tres años con un servicio similar, «Home», que cayó en el olvido. Para corregir sus errores, ha comprado empresas como Nest, especializada en termostatos inteligentes, con la que ha conseguido absorber miles de perfiles de usuarios.
Desde la potente Corea del Sur, Samsung ha dado grandes pasos para meterse en esta casa del futuro con «Smart Home», mediante el cual se pueden administrar todos los dispositivos y electrodomésticos a través de una misma aplicación; el objetivo es que en un futuro, el reloj inteligente «Gear» centralice todos estos movimientos. Por lo pronto, desde sus teléfonos se pueden controlar diferentes modelos de televisión -por supuesto de su marca- mientras que su vecino LG ha querido hacer lo propio con un concepto muy novedoso. Se podrá chatear (sí, chatear) con los electrodomésticos para mandarles actividad. También pequeñas empresas tecnológicas tratan de hacer negocio en este sector emergente. Ahí están «iKettle», un electrodoméstico que se puede controlar desde el móvil al conectarlo a través de la red wifi, o «Smart Lock», una cerradura para puertas que se abren con solo un movimiento del móvil.
Precisamente, y porque la esencia de todos estos aparatos es su conexión a internet, la ciberdelincuencia podrá tener un nuevo objetivo. No son pocas las preocupaciones de las empresas de seguridad informática, que advierten de los riesgos de posibles «hackeos». De hecho, se estima que cuatro de siete kits de seguridad de casas inteligentes son inseguros, según estudios del instituto independiente especializado en seguridad AV Test, y podrían ser víctimas de ataques, por ejemplo, para espiar de cara a un posible robo. «Muchos de los sistemas de las casas inteligentes fueron concebidos con un pobre nivel de seguridad y hacen gravemente vulnerables a los hogares donde se instalaron», señalan fuentes de la compañía de seguridad Kaspersky. Posiblemente, en un futuro, a su vecino no le roben a punta de pistola, sino con un móvil de esos táctiles que roban cada día la atención a los viandantes.
Fuente: ABC.es

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