Los expertos coinciden: la
contraseña que da acceso a los diferentes servicios de internet (correo
electrónico, red social, páginas de descargas) debe ser original, combinar
letras y números y, por supuesto, que no sea una standard como 123456. De esta
manera, y aunque no existe el 100% de garantías que no se sufra una intromisión
por parte de un ciberdelincuente, los usuarios se ahorrarán muchos disgustos.
De esta manera, se podrá poner las
cosas más dificiles a las personas malintencionadas que quieran hacerse con el
control de alguna de nuestras cuentas, que podría afectar no solo a nuestra
vida privada sino a nuestro bolsillo. Desde la empresa de seguridad Panda Security recomiendan seguir una serie de pasos y evitar otros tantos hábitos para
estar tranquilos en este aspecto.
Lo que sí se
debe hacer
Los expertos consultados aseguran
que una clave robusta y segura debe tener números, letras y combinar, además,
mayúsculas y minúsculas, que puede evitar las intromisiones. También
recomiendan añadir, en la medida de lo posible, símbolos (@, $, ¿ #) y, por
supuesto, que esta contraseña cumpla otros requisitos. Estos son, que no sea la
fecha de nacimiento de la persona, o una fecha importante, ni que sea el nombre
de usuario. Es recomendable evitar las sucesiones de números o de letras como
123456; 987654 o abc123, ni utilizar caracteres adyacentes en el teclado
(qwer123; asd987).
Siempre que sea posible deberá tener
una longitud mínima de ocho caracteres. «Cuanto más larga sea más
difícil será de adivinar», recomiendan. Es conveniente que la
contraseña no tenga ninguna relación con nosotros. No la debemos crear con
nuestro nombre o fecha de nacimiento.
Lo que no se
debe hacer
Por lo pronto, es recomendable no
utilizar las misma contraseá para distintas cuentas (redes sociales, correo
electrónico, banca online). «Si ponemos siempre la misma clave, en el momento
que la adivinen, tendrán acceso a todo nuestro mundo», alertan los expertos. Tampoco, y aunque resulta algo obvio, es muy útil el
hecho de escribirlas en algún sitio para no olvidarse de ellas, como en el
teléfono móvil o la agenda… Aunque sea cómodo a la hora de recurrir a ellas, no
es muy recomendable permitir que estas se queden almacenadas en los
navegadores. «Aunque sea más molesto, es mejor que las introduzcas cada vez que
quieras acceder a algún sitio», dicen.
Fuente: ABC.es
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