Los gérmenes responsables del
envenenamiento de la sangre desprenden un olor particular, que ahora podrá ser
detectado gracias a una “nariz artificial”. Esta puede mostrar en 24 horas si
la sangre de un paciente tiene la bacteria que causa septicemia, y ganar de
esta forma dos días sobre otros métodos convencionales.
“La actual tecnología supone incubar
muestras de sangre en recipientes durante 24 a 48 horas solo para ver si la
bacteria está presente”, afirmó James Carey, investigador de la Universidad
Nacional de Kaohsiung en Taiwán.
“Lleva otras 24 horas o más
identificar el tipo de bacteria para seleccionar el antibiótico adecuado para
tratar al paciente. Para entonces, los órganos de éste pueden estar dañados o
puede estar muerto de septicemia”, añadió.
Una nariz de plástico
Presentada en una conferencia en
Indianapolis de la American Chemical Society, la “nariz” es en
realidad una botella de plástico del tamaño de la palma de la mano rellena con
un líquido nutriente que ayuda al crecimiento de la bacteria.
Adjuntos en el interior de la botella
se encuentra una pequeña variedad de puntos químicos que cambian de color en
reacción a los olores desprendidos por la bacteria delatora.
El nuevo dispositivo puede
identificar ocho de las bacterias más comunes que causan enfermedades, afirmó
Carey en una nota de prensa difundida por la institución.
La tecnología se basa en un prototipo
desarrollado hace un par de años por la Universidad de Illinois, aunque el
modelo anterior utilizaba platos de laboratorio y material nutriente sólido
para alimentar a las bacterias, lo que llevaba más tiempo y era menos
sensitivo.
Olores que matan
Otro tipo de “narices artificiales”
ha generado prototipos que pueden detectar formas de cáncer en el aliento de un
paciente, o la presencia de un cierto tipo de explosivos.
El envenenamiento de la sangre o
septicemia mata a más de un cuarto de millón de personas cada año sólo en
Estados Unidos y cuesta en tratamientos más de 20.000 millones de dólares anualmente,
según cifras ofrecidas en la conferencia.
El dispositivo podría “ser utilizado
casi en cualquier lugar del mundo por un costo muy bajo y con mínima
formación”, afirmó Carey.
Fuente: cromo.com

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