Suena Google Glass como el futuro de los dispositivos. Las «gafas mágicas» tienen,
prácticamente, las mismas funciones de un «smartphone» actual, pero algo ha
cambiado. Ha sacado el móvil del bolsillo para colocarlo en la cabeza para
optimizar sus funciones. El cacareado iWatch, que aunque
ya existen modelos similares ya a la venta, también vislumbra un nuevo nicho de
mercado.
Relojes, zapatillas, camisetas, anillos. La
ropa inteligente ha comenzado abrirse paso. Estar la
vanguardia de la moda está tomando una nueva dirección. Mientras, un puñado de
compañías -¿visionarias?- se han lanzado a transformar gafas, pulseras y relojes
en pequeños ordenadores portátiles, conectados tanto al cuerpo como a internet.
«Estamos entrando en la era del código de computadora», aseguraba Van Baker, analista de tecnología de
instituto de investigación Gartner a AFP. «La gente se moverá con dispositivos
personales en contacto con el cuerpo y dispondrán de herramientas que se
comunican entre sí e internet». Ese movimiento ha encontrado una salida natural
en los gimnasios gracias a aparatos como Jawbone UP, Nike FuelBand o Fitbit. Estos aparatos
utilizan sensores para detectar los movimientos del cuerpo y enviar la
información recopilada a los teléfonos móviles o tabletas que analizan los
datos.
La compañía creadora de Jawbone, con sede en San Francisco, se puso en marcha hace varios años con la
introducción de elegantes miniordenadores en auriculares elegantes y micrófonos
para teléfonos inteligentes, y ha continuado su expansión mediante la
adquisición por cien millones de dólares de BodyMedia, fabricante de pulseras
que recogen las calorías consumidas en tiempo real. El brazalete se utiliza
para perder el mayor peso tanto como sea posible. Jawbone UP se diseñó para «ajustarse
de manera perfecta en las vidas de las personas». «Hay un gran apetitito hacia
estos productos de recogida de datos y la demanda va a seguir creciendo»,
añadió Hosain Rahman, propietario y fundador de Jawbone.
Un reciente estudio realizado por Forrester Research reveló que el 6% de
los adultos residentes en EE.UU. ha utilizado un «gadget» para analizar a su
rendimiento deportivo, mientras que el 5% utiliza un dispositivo similar a
Fitbit para revisar su actividad física diaria. Unos 30 millones de dispositivos
móviles se enviarán en todo el mundo este año, según Forrester.
Incluso la firma tecnológica Dell se ha sumado a esta «moda» asegurando que
piensa lanzar ordenadores portátiles que puedan ser acoplados al cuerpo. «Hay
desafíos como el costo y cómo hacerlo que sea una experiencia muy buena, pero
es interesante que las computadoras giren para ser cada vez un reloj», dijo a
«The Guardian» Sam Burd, vicepresidente de la compañía.
Pero el gimnasio no es el único lugar en el que está instalado este modelo,
ya que en la actualidad existen diversos aparatos que permiten recomendar desde
una película basada en función su estado
de ánimo. «Es simplemente increíble, el futuro parece emocionante», señalaba el
profesor Asim Smailagić, director de un laboratorio de
investigación de código informático de la Universidad Carnegie Mellon
(Pennsylvania). A su juicio, la aparición de sensores de movimiento y GPS
sofisticados de bajo costo de sonido y aplicaciones desarrolladas para móviles
cada vez más potentes allanó el camino para una amplia democratización del
vestido de la computación.
Estos dispositivos «pueden ayudar» a sus usuarios cuando estos lo
necesiten, como los sistemas conectados, vinculados al entorno más inmediato,
que permiten recomendar va más allá de la simple ubicación geográfica, por lo
que permiten por ejemplo hacer propuestas basadas en la información disponible
como un restaurante cercano. «Al combinar una prenda de ropa con sensores
informáticos y los algoritmos de la máquina se obtiene un mayor contexto». Este
experto cree que Google Glass, el dispositivo de realidad aumentada que verá la
luz el próximo año, será un éxito de ventas a pesar de las preocupaciones que plantean
acerca de su supuesta invasión de la privacidad. «El código
de la computadora debe ser discreto y parecen una extensión natural del
cuerpo», dijo.
Tim Cook, máximo responsable de Apple, apuesta por el
«ordenador en miniatura» como, por ejemplo, un reloj inteligente, lo que los
analistas dieron por sentado la confirmación del iWatch. «La muñeca es un lugar
interesante para desarrollar equipos», comentaba. La expansión de la ropa
inteligente solo ha comenzado. De hecho, la comercialización del reloj
inteligente Pebble, está resultando el éxito de una empresa creada
mediante «crowdfunding» desde donde recaudó más de diez millones de dólares.
Increíble crecimiento en los próximos años
Este «boom» de la ropa inteligente no deja de creecer. Está en auge e irá a más en los próximos cinco años, un crecimiento que
IMS Research pronostica que se pasará de los 14 millones de unidades de ropa
inteligente en 2012 a los 171 millones en 2016. Muchas
empresas ya han comenzado a desarrollar dispositivos perfectamente integrados
en los objetos que más utilizamos. Una «startup» mexicana, Machina, lleva desde hace un año mezclando textil y la
tecnología.
La ropa y la tecnología empiezan a fusionarse y no es nada nuevo. Dos
áreas que no paran de crecer día a día. El mercado que han creado ambos de ropa
tecnológica, ha predecido Credit Suisse que, puede llegar a valer 50.000
millones de dólares dentro de cinco años.
Fuente: ABC.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario