lunes, 21 de julio de 2014

La clave del retuit: ¿una cuestión de ciencia o de habilidad humana?


¿Quién de los que usan su cuenta de Twitter con frecuencia no se ha visto alguna vez delante de la dificultad de buscar entre las palabras más acertadas para transmitir un mensaje? El tiempo que tardamos en redactar un tuit es un indicador de lo mucho que aspiramos a las muestras de respuestas de nuestros potenciales lectores. En este caso se podrían excluir los que tienen popularidad ya que su número considerable de seguidores quitaría un poco la presión de dar con el tuit perfecto. De todos modos pueden haber excepciones. Hay grandes conocedores del nuevo arte persuasivo que implica el uso de redes sociales que todavía están aprendiendo delante de la gran incógnita que es la espontaneidad humana. Pero, como se ha puesto de moda la idea que aquello que supera la capacidad humana lo puede cumplir la tecnología, en este caso también tenemos un ejemplo de rivalidad por parte de un sistema informático capaz de predecir la mejor redacción de un tuit.

El éxito de un retuit, más allá de la popularidad

Chenhao Tan, Lillian Lee y Bo Pang son tres científicos en informática que se han quedado con pocas respuestas delante de la preferencia de los usuarios de Twitter por ciertos mensajes y para arrojar un poco de luz sobre la cuestión han pensado en un método que, según ellos, se acerca a una posible explicación de lo que pueda esconder el secreto de los retuits.
Hasta el momento de empezar el estudio se conocía muy poco porque un tuit tenía más éxito que otro, más allá del efecto de popularidad que podía ser una de las principales causas. Delante de la falta de datos, el equipo observó un hecho recurrente: entre dos tuits que contenían la misma URL y estaban escritos por la misma persona algo hacía que uno gustara más que el otro. Esta observación llevó a los investigadores a la conclusión de que había algo más que el nivel de popularidad y el número de seguidores que pudiera generar una difusión mayor de un tuit y eso era la modalidad de redacción del mensaje. Para asegurarse de que no estuvieran equivocados, los científicos empezaron a analizar parejas de tuits escritos por el mismo usuario y que tuvieran la misma URL para identificar la combinación de palabras que más favorecía la acción de retuit.

Un algoritmo que usa ‘Big Data’ para predecir los patrones

La búsqueda se hizo entre los tuits publicados por 236.000 usuarios de los cuales se descubrieron 11.000 parejas que cumplían con las características necesitadas. Analizar esta cantidad de información requería de herramientas avanzadas así que el equipo de informáticos desarrolló un algoritmo. El software podía predecir el patrón de palabras que permitía a algunos mensajes propagarse más que otros. En otras palabras, el interés de la observación recaía en estudiar el efecto de la redacción del texto, es decir cómo se decía el mensaje y no tanto lo qué trataba, independientemente de otros factores determinados por el estatus del usuario:
“¿Es posible que Barack Obama hubiera recibido más (o menos) retuits si hubiera optado por una redacción alternativa para anunciar su reelección?”, es una pregunta que explica el motivo del estudio” 

El sistema informático supera a la predicción humana

Las principales conclusiones del estudio señalan que los mejores tuits son los que contienen información más clara, usan un lenguaje que se alinean al de los mensajes anteriores y a la comunidad a la que van dirigidos y los que imitan los titulares de noticias en su estructura. Entre las parejas de tweets analizados, el sistema informático adivinó con una eficiencia de 67% las veces que un tuit tenía más oportunidades de ser compartido en comparación con los humanos que consiguieron predecir en un 61% de las veces.
No se trata de una gran diferencia, ya que esta se limita al 6% pero es un dato a tener en cuenta por el simple hecho de que un sistema informático que no sabe nada de los matices que esconde el lenguaje figurado o tampoco sabe diferenciar los distintos contextos de la información llega a conocer mejor las claves de procesos profundamente humanos. De aquí a crear un algoritmo capaz de acertar incluso más el nivel de predicción no queda mucho, aunque de momento podemos continuar usar nuestras propias habilidades perceptivas para descifrar el secreto de un mensaje persuasivo.
Para los más interesados en mejorar sus prácticas en Twitter, los investigadores han creado una página donde pueden probar el nivel de eficiencia de los mensajes cuando no están seguros que opción elegir para conseguir más retuits.
Fuente:ticbeat.com

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