Facebook
se
enfrenta a una nueva polémica acerca de su privacidad tras desvelarse que había
llevado a cabo un experimento psicológico (¿?) por el que trató de analizar el
comportamiento y emociones de 689.003 perfiles de
usuarios de su red social, la más grande del planeta y rey indiscutible del
sector. El problema es que lo hizo sin su consentimiento tácito y de forma
invisible.
El ensayo, de dudosa aceptación social,
consistió en manipular el algoritmo que selecciona las noticias que aparecen en
el muro de cara usuario con el objeto de observar si existe un «contagio
emocional» entre las personas. Para ello, los ingenieros enviaban
deliberadamente a un grupo de usuarios noticias positivas y alegres mientras
que al otro grupo escogido se hacía lo contrario, es decir, se les
proporcionaban noticias cargadas de connotaciones negativas.
Una de las conclusiones fue que los usuarios que
observan historias menos negativas en su «feed» de noticias son menos propensos
a escribir un mensaje negativo. Y viceversa. Por
tanto, la influencia social dictamina nuestro estado de ánimo. Además, los
estados emocionales se pueden transmitir entre personas que no están juntas
físicamente y sin que interactúen entre ellas.
El estudio concluyó que una menor exposición a
posts de contenido positivo provoca una menor transmisión y comunicación de
informaciones de esta índole, y viceversa. Es decir: la comunicación textual
tiene un impacto determinante en la transmisión de emociones. «Las emociones
expresadas en las redes sociales influyen en nuestro estado de ánimo», según
las conclusiones del estudio, titulado «Evidencias experimentales de
contagio emocional a escala masiva a través de redes sociales».
«Estos resultados indican que las emociones
expresadas por otros a través de Facebook influyen en las nuestras y que,
frente a las asunciones previamente establecidas, las interacciones no verbales
no son estrictamente necesarias para el contagio emocional», según el estudio.
El experimento, realizado en colaboración con
dos universidades de Estados Unidos (Cornell y San Francisco), duró solo una
semana (del 11 al 18 de enero de 2012), pero sus implicaciones van más
allá al tener en cuenta que es una nueva demostración de que el usuario no es
el gestor total de su cuenta. Para el estudio se recogieron perfiles
exclusivamente escritos en inglés.
Con todo, el equipo de expertos liderado por los
doctores Adam Kramera, de Facebook; Jamie Guillory, de la Universidad de
California y Jeffrey Hancock, de la Universidad de Cornell, analizaron cerca de
tres millones de comentarios y emplearon su propio código para caracterizar su
lenguaje como positivo o negativo.
La polémica surgida a raíz de un un estudio elaborado por la
Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., ha obligado a Facebook a salir al paso y pedir
serias disculpas por su actuación. Sin embargo, usuarios y analistas han
criticado la forma en la que se llevó a cabo la investigación y han mostrado su preocupación acerca de los riesgos que puede
tener.
Fuente: ABC.es
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