Circular en un vehículo de 400 cv de potencia, por una autovía y a
alta velocidad. Al otro lado va un coche promedio en una carretera comarcal, de
doble sentido y a pocos kph. Esa metáfora podría explicar la situación que se
viviría en caso de fracturar un principio básico de internet: la neutralidad.
Hace unos días la Comisión Federal de
Comunicaciones de EE.UU. (FCC, por sus siglas en inglés) sorprendía
con una propuesta considerada como un «despropósito» por los expertos
consultados por ABC. En seis meses en el cargo, Tom Wheeler, presidente del
organismo y antiguo «lobbista», no ha hecho más que avivar las llamas del fuego
al cuestionar esta base que fundamenta internet.
Lo hizo mediante una propuesta con la que rompe el principio de la neutralidad en la Red,
abriendo así la puerta a la posibilidad de que proveedores y operadores de
internet puedan ampliar las velocidades a algunas empresas a cambio de pagos
extras. La modificación responde a un giro en el planteamiento que tenía la
FCC, contradiciendo la teoría defendida por el presidente Barack Obama cuando
desembarcó en la Casa Blanca.
Entre las normas planteadas está el hecho de permitir en EE.UU. que proveedores de internet den tratamiento
preferente al tráfico de algunas empresas si estas les pagan más.
Esta iniciativa responde a una sentencia judicial a favor de Verizon, que
demandó a la FCC por prohibir ofrecer diferentes velocidades de descarga. En
caso de salir adelante esta medida, que se votaría en los próximos meses,
echaría un capote a las empresas de telecomunicaciones quienes piden este
«peaje» desde hace años.
El principio de
neutralidad de la Red exige a todos los proveedores de internet ofrecer los
contenidos de forma igualitaria y equilibrada con la misma velocidad. De
momento, los internautas navegan por la Red en función de la velocidad
contratada, sin más limitaciones que lo que contraten. En el actual escenario,
las empresas y los usuarios disponen de las mismas posibilidades de mostrarse
en internet. Esta neutralidad tiene críticos poderosos (operadoras de
telefonía) y sus fervientes defensores (desde el internautas hasta PYMES).
Si se aprueba ese «peaje» estaríamos, según
explican los expertos, ante un mecanismo que favorecería a una red
compartimentada. Como si se tratara de la televisión de pago en la que, si se
desean unos contenidos de calidad, hay que rascarse el bolsillo.
Este hipotético escenario en el que no existiera la neutralidad dificultaría
que se desarrollen nuevos negocios en los circuitos de alta velocidad, que
estaría restringido, aunque no bloqueado.
Para gigantes como Facebook no entrañaría un
problema económico pero sí lo sería para para los emprendedores. Esta propuesta
de la FCC llevaría a situaciones de desigualdad, según Enrique Dans, profesor de IE School. «Cualquier empresa
que estuviera forzada a pagar a los proveedores para tener el privilegio de un
tráfico más rápido, tendría que cobrarlo a sus clientes. Los servicios serían
más caros. Empresas incipientes no podrían competir en igualdad de condiciones
y estaríamos en un internet de segunda». Brasil en su «Marco Civil» protege la neutralidad, así como Chile y otros
países. Que EE.UU. vaya hacia el otro extremo es «preocupante» y
«desesperanzador» para Víctor Domingo, presidente de los
«Internautas», quien considera lo considera un retroceso.
Fuente: ABC.es
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