Un equipo de investigadores ha creado en Estados Unidos células que
producen insulina a partir del ADN de un donante con diabetes, que
pueden usarse para desarrollar terapias celulares personalizadas para esta
enfermedad.
Según un comunicado conjunto de la Fundación Células Madre de Nueva York
(NYSCF, por su sigla en inglés) y la Universidad de Columbia, los centros que
han participado en este trabajo, los resultados de la investigación fueron
publicados en la revista Nature.
Mediante un procedimiento denominado transferencia nuclear celular, los
científicos consiguieron células madre a partir del material genético de un
donante adulto con diabetes de tipo 1, que suele detectarse en niños.
En 2011, el mismo grupo de investigadores ya consiguió células productoras
de insulina a partir del ADN de pacientes con diabetes de tipo 1, aunque en
aquella ocasión las células madre resultantes eran triploides (contenían tres
juegos de cromosomas) y, en consecuencia, no se podían utilizar en terapias.
Ahora, en cambio, las células que han obtenido son diploides, tienen dos
juegos de cromosomas (el número normal en las células humanas), por lo que
pueden usarse para desarrollar tratamientos celulares personalizados.
El director de la investigación, Dieter Egli, de la NYSCF, explicó que al
"reprogramar" las células y convertirlas en beta, las que producen
insulina, se está a "un paso más cerca de ser capaces de tratar a los
pacientes diabéticos con sus propias células productoras de insulina".
Los pacientes con diabetes de tipo 1 carecen de las células beta, lo que les
provoca una deficiencia de insulina y altos niveles de azúcar en sangre.
Como las células se producen a partir de material genético del mismo
paciente, el ADN es compatible.
Así, los investigadores confían en que este trabajo pueda ayudar a una
potencial cura de la diabetes de tipo 1, aunque reconocen que se trata solo de
un primer paso, ya que el sistema inmune de los pacientes ataca las células
beta terapéuticas y han de desarrollar protecciones para estas células.
La publicación de este estudio culmina un proyecto que comenzó en 2006 en la
Universidad de Harvard (Massachusetts) y que se ha visto obligado a trasladarse
a Nueva York y a realizar algunas pruebas en centros financiados íntegramente
con capital privado para superar las barreras legales a la investigación con
células madre.
Fuente: EFE.
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