El
llamado «Crowdfunding» o «financiación colectiva» está en alza. Las plataformas
líderes como Kickstarter o Indiegogo tienen un funcionamiento muy
sencillo, si tienes una idea de negocio interesante la publicas y
pides el dinero que necesitas para llevarlo a cabo a los usuarios de la
plataforma. Éstos pueden adelantar la compra del producto antes de que esté disponible a cambio de recibir algún tipo de
extra. Si se llega a la cantidad que es necesaria para financiar el
proyecto se retira el dinero de las cuentas de los usuarios que lo apoyaron y
el creador puede empezar a trabajar.
Kickstarter, el primer portal de financiación colectiva vio la luz hace tan solo
cuatro años, así que todavía está por ver el potencial de
este tipo de movimientos. Kickstarter está especializado sobre todo en startups tecnológicas, tanto de software como de gadgets.
Hasta la fecha, 5,2 millones de personas han invertido
873 millones de dólares en 51.000 proyectos. Sólo permiten participar empresas
americanas, y aún y todo, el volumen que tiene es impresionante, lo que ha
permitido que miles de proyectos salgan adelante y se hagan realidad.
Pero
esta empresa no es la única. Coincidimos en San Francisco con Mike Duboe, responsable de crecimiento de Crowdtilty nos contó que el problema es que los actuales portales de financiación
colectiva están tan sólo enfocados en financiación de startups con base
tecnológica, por lo que muchas buenas propuestas se
quedan fuera.
Ahí
es donde entra Crowdtilt, si lo que te apetece es montar una fiesta
con tus amigos y quieres que paguen con antelación, u organizar un viaje y que
los participantes se apunten y que el viaje salga adelante sólo si se llega al
presupuesto.
De
momento, Crowdtilt sólo está disponible en Estados Unidos,
pero tienen pensado expandirse a Europa en breve.
Han
salido muchos proyectos curiosos e interesantes de Crowdtilt, uno de ellos es
el de un vecindario de Oakland, una de las ciudades con más delincuencia en
Estados Unidos, que consiguió el dinero para contratar vigilancia privada para
el barrio. También está el caso de Ariel, una niña con autimo. Sus padres
solicitaron dinero a través de Crowdtilt para poder pagar el entrenamiento de
un perro que se adaptara y ayudara a su hija.
Fuente:
ABC.es
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