El
gratis total en el uso de aplicaciones móviles, como ocurre con la plataforma
Android (de Google), es una fórmula de negocio insostenible: la suculenta tarta
está en manos de una decena de «apps» que absorbe el total de beneficios pero
la mayoría languidece, ha dicho a Efe el experto tecnológico Bob
Dorf.
En
torno a un millón de aplicaciones móviles en el mercado gratuito no genera
beneficios de ningún tipo, frente a los miles de millones que se embolsa cada
una de las apps del llamado «top ten» o las diez más populares, ha afirmado
Dorf, que tiene seis empresas de base tecnológica o "startups" a sus
espaldas, y que además es asesor e inversor en otras muchas.
Dorf,
que asesora en la creación de startups con metodología de trabajo Lean, con la que se busca llevar a empresas de base tecnológica planes de
trabajo de acción muy simples y efectivos, propios de sectores como la
automoción, acaba de visitar Madrid, donde se ha presentado su libro "El
Manual del emprendedor" (Gestión 2000), en el Centro de Innovación de
Opinno y MIT Technology Review.
El
mercado de las aplicaciones móviles, como cualquier otro, necesita compensar económicamente a los desarrolladores para
que sus proyectos sean viables en el tiempo, lo que hace previsible grandes
cambios en los modelos de negocio actuales en plataformas como Android, ha
señalado.
En
el caso de una aplicación recién lanzada, este experto recomienda que la gratuidad sea limitada; por ejemplo, durante el primer
mes, para que el usuario la conozca, y si le gusta que la compre. El mercado de
las aplicaciones móviles está en plena efervescencia, ha
asegurado; aún persisten grandes nichos de negocio relacionados con las apps,
que combinan las ventajas de internet con la movilidad de los dispositivos
móviles.
En
su opinión, tres áreas parecen especialmente prometedoras: la comunicación, con
sistemas que ajusten mejor las búsquedas en internet a lo que realmente quiere
el cliente; el Big Data, con el análisis «inteligente» de las ingentes
cantidades de información que airean las tecnologías y redes sociales; y el
comercio social.
A
su juicio, ciertas aplicaciones que han funcionado muy bien en Estados Unidos tienen
las puertas abiertas en Europa; por ejemplo, el servicio de taxi desde el
móvil con funcionalidades añadidas: como el conocimiento del estado
de tráfico o las mejores rutas.
Asimismo,
las aplicaciones relacionadas con un comercio más social, en donde los usuarios
puedan darse consejos sobre las mejores ofertas, productos y servicios, con la
creación incluso de comunidades virtuales.
Este
emprendedor ha aprovechado sus palabras para dar un toque de atención a los
emprendedores que se empecinan con proyectos sin ninguna posibilidad de éxito.
«Qué sentido tiene lanzar una aplicación móvil con recetas
de cocina, cuando Google ofrece diariamente y de forma
gratuita montones de ellas», ha dicho.
Actualmente
es bastante fácil montar una empresa con base tecnológica, ha afirmado;
antiguamente era muy costoso por el elevado precio de los ordenadores, las
conexiones, la oficina.
Lo
más complicado ahora es conseguir que el consumidor realmente adquiera el
producto, márketing, porque la suculenta tarta del mercado de las aplicaciones
es una selva en competencia; «cada vez son más los que se lanzan a ella para
colocarse entre los grandes».
Fuente: ABC.

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