Más
de la mitad de las empresas españolas han perdido información sensible debido a
la fuga de datos y a los ataque de los «hackers», una situación que los
departamentos de sistemas de las grandes compañías
tecnológicas tratan de poner remedio. Es su quebradero de cabeza
diario. Esta situación arroja una gran dosis de inquietud entre los
especialistas que tienen la labor de proteger los dispositivos móviles, cada
vez más en el punto de mira de los ciberdelincuentes.
Las
empresas están dejando al descubierto la seguridad de su información por el uso
indebido de los empleados de los dispositivos móviles. Expertos de la Universidad de Glasgow analizaron una muestra
de los teléfonos móviles devueltos por los empleados de
una de las 500 empresas que aparecen anualmente en la revista «Fortune» como
las que generan mayores ingresos. La conclusión fue que de 32 terminales
analizados la mayoría incluyen una serie de elementos que podrían generar un
riesgo acerca de la seguridad, que podría desembocar en la valiosa
pérdida de información.
Este
estudio representa un paso importante para demostrar que el creciente uso de dispositivos móviles en los entornos corporativos podría poner en
riesgo la seguridad y comprometer la legislación de protección de
los datos específicos de cada país. Los investigadores creen que la política
actual y el proceso que rige la seguridad de datos en las principales empresas
no están a la par con el crecimiento del uso de teléfonos inteligentes con el sector empresarial, una cifra que se estima que ha
aumentado en torno al 22% sólo en 2011.
Los
últimos casos conocidos de espionaje por parte de la Agencia de Seguridad
Nacional norteamericana (NSA), entre
los que figuran supuestamente países como España,
han levantado la cortina de la preocupación. «Este estudio indica que los
teléfonos móviles están poniendo en riesgo a las grandes organizaciones. La
cantidad de información de una empresa es muy importante, teniendo en cuenta que
el estudio se centra en los teléfonos de gama baja. El tipo de datos
almacenados en los dispositivos móviles corporativos incluye información tanto
corporativa como personal que podría poner tanto la empresa como el individuo
en situación de riesgo», considera Brad Glisson, uno de
los investigadores.
El
estudio pone de relieve la necesidad de crear políticas y directrices adecuadas
acerca del uso y la seguridad de estos dispositivos. «Esto se hace aún más
evidente a medida que las empresas gravitan hacia tecnología en la nube»,
insiste este experto.
Internet
ha abierto muchas ventanas en el móvil, pero ha abierto también la posibilidad
de estar cada vez más expuestos y, en su defecto, a ser cada vez más
vulnerables si no se toman la medidas adecuadas ni se opta por «securizar»
correctamente los dispositivos. Software tan práctico como el relacionado con
la geolocalización que se encuentran en las aparentemente inofensivas redes
sociales como Facebook, Twitter o Google+ se ha convertido en
una funcionalidad muy utilizada por los usuarios de «smartphones» en todo el
mundo, pero su uso no ha pasado desapercibido por los cibercriminales, que han
comenzado a ajustar sus tácticas «para hacer sus ataques mucho más dirigidos y
efectivos», en opinión de los expertos de la compañía de antivirus Kaspersky
Lab.
El
coste, la frecuencia y el tiempo necesario para resolver ciberataques continúan
por cuarto año consecutivo, según datos recogidos por el Instituto
Ponemon. Según este estudio, el coste medio anual sufrido por
una muestra de organizaciones estadounidenses fue de 11,56
millones de dólares, lo que supone un aumento del 78% desde 2009.
Los resultados también revelaron que el tiempo necesario para resolver un
ciberataque ha aumentado casi un 130% en este mismo período, con un coste medio
para resolver un solo ataque de más de un millón de dólares.
Fuente: ABC.es

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